Llega la noche, como un pájaro viajero buscando una rama donde descansar, Thals Rico Volmar se delara cansado a veces. Sin embargo, escribió que vivir es una lucha en el sentido amplio de la palabra. Dijo: "Hay algunos que llegan, la buena vida se abre ante ellos, y otros, a lo largo de su vida, tendrán que experimentar turbulencia." Thals Rico Volmar es originario de la República de Haití, es hijo de Paulette Jean-François y Charles Edner Volmar. Sexto hijo de su familia, nació en Saint-Michel de l'Attalaye, en el campo. Durante buena parte de su infancia, viajó entre ese campo y el pequeño pueblo de Saint-Michel. Como resultado, conoció la vida campestre, por eso dijo: "Recuerdo esa época: mi tierra natal estaba en todo su esplendor; había muchos pájaros, había verdor, los barrancos y los ríos siempre estaban llenos de fuerza, era como si siempre hubieran estado en primavera. Lo recuerdo: todo era encanto y armonía." Sin embargo, en medio de esta infancia que lo sacudió, experimentó dolor. Su familia era numerosa - nueve hijos - y vivía casi exclusivamente de la agricultura. Su padre y su madre trabajaron muy duro para alimentarlos y educarlos. En esta modesta familia creció Thals. Desde muy joven - alrededor de los doce años - fue a reunirse con sus hermanos mayores en Puerto-Príncipe, la capital de Haití. A partir de entonces, se desvinculó completamente de la campaña hasta el punto de que ésta creó en él un vacío. Thals continuó su desarrollo en Puerto-Príncipe donde completó sus estudios escolares; trabajó allí durante dos años, se fue a Cabo-Haitiano - la secunda ciudad más grande de Haití - donde permaneció alrededor de seis años como parte de su trabajo. Fue allí donde recibió su primera educación universitaria y también tuvo una hija llamada Thamee S. Volmar, su única hija. Thals regresó a Puerto-Príncipe, enfermo y desempleado. Al cabo de unas semanas encontró un trabajo en el que estuvo sólo seis meses. A partir de entonces, se enfrentó al desempleo y a todo tipo de adversidades.
Thals estudió gestión y administración de empresas; disciplinas que, según él, aportan mucho a sus conocimientos. Sin embargo, los misterios de la vida, la enfermedad, en definitiva su destino, eran para él un gran peso. Thals luchó contra la enfermedad durante más de una década. Durante ese tiempo, ¡ay! el dolor físico y moral estaban al más alto nivel: los fracasos, las humillaciones, la pobreza eran cosas comunes. Dijo: "He conocido el gran dolor que, tal vez, algunas personas de aquí abajo han experimentado." Y sin embargo, en medio de sus dolores y tristezas, le gusta servir a los desafortunados, por eso dijo: "Naci para sufrir y para servir." Entonces el dijo: "Eran tres, parecen estar perdidas. Me encontraron en le camino que lleva al otro lado de la frontera, me pidieron ayuda porque tenían hambre y casi sin dinero. Les compré algo de comida y continuamos el camino juntos. Cayó la noche, ya no podíamos cruzar la frontera mientras yo solo llevaba dinero para pagar el transporte. Fuimos a un hostal, pagué una habitación con el dinero que me quedaba para el viaje. Les dije a esas tres que podían dormir en la habitación, y yo me quedé en el porche de la posada a pasar la noche. Tomé una silla, me senté como un centinela y tenía mucha hambre porque no comí en todo el día. El dolor era visible en mis ojos y la miseria brillaba en mi rostro. Como en efecto, el mayordomo que iba y venía me miró, luego me preguntó por qué no iba a descansar. Le dije que no tenía más dinero para pagar otra habitación. Me volvió a mirar, me preguntó si había comido, negué con la cabeza para decirle que no. El mayordomo entró en una habitación, volvió con dos bolsitas de galletas y una botella de agua que me entregó. Así pasé la noche como un centinela. Al día siguiente, cruzamos la frontera, yo estaba parado al costado de la calle con esas tres, un soldado desconocido entró corriendo, sin decir palabra, me agarró del cuello como un ladrón para pedirme mi papel porque pensé que era indocumentado; no hablé y las lágrimas llenaron mi rostro. Eran dos soldados que perseguían a los Haitianos; llegó el otro que estaba mirando, quitó su mano de camaradería de debajo de mi garganta. Le di mi Identificación porque no era indocumentado. Se hacía tarde, las tres señoras tomaron el autobús y se marchaban. Me quedé sin dinero, insultado y con heridas en mi interior."
Edner Volmar
El padre de Thals Volmar, fotografía tomada el 2 de feb de 2022. Nació en Haití el 24 de junio de 1938.
Paulette Jean-François
Madre de Thals Volmar, fotografía tomada el 7 de ene de 2022. Nació en Haití el 16 de mayo de 1951.
Thals Volmar
Thals Volmar hijo, fotografía tomada el 16 de mar de 2020. Nació en Haití en septiembre de 1984.
Thamee Volmar
Hija de Thals Volmar, fotografía tomada el 13 de jul de 2019. Nació en EE. UU. el 6 de marzo de 2010.
Thals Volmar ha construido sus obras sobre cuatro (4) puntos esenciales:
Consciente de la complejidad del ser humano, basa su vida en una impecable sencillez. Dijo que el hombre es grande y sólo lo es delante de sus semejantes, por tanto, la sencillez, para él, es un acto de grandeza y bondad. Además, ser humilde, para él, es tener respeto por todos sin importar de dónde vengan, por eso dijo: "No todos merecen ser amados, pero todos merecen ser respetados." El respeto, según él, es la base y el sustento de cualquier relación digna de ese nombre. En exceso, cree en la evolución cuando va acompañada de justicia y conocimiento: todo el mundo, cualquiera que sea su origen, debe tener derecho a vivir con dignidad, es decir, la justicia social debe ser rigor aquí y allá. Visite, por favor, la página "Convicciones" para obtener más información.
Además de la importancia que se concede a las relaciones humanas, Thals se preocupa mucho por las cuestiones medioambientales. Nació en el campo, ama las zonas agrícolas y forestales. Lucha por una protección justa de la fauna y la flora.